Como están, hoy te vamos a contar cómo corregir un caballo que no quiere caminar. Cuando un caballo se muestra reacio a caminar con nosotros, comúnmente conocido como «cabrestear», puede ser frustrante. Sin embargo, este comportamiento no es insuperable. La clave para corregirlo reside en fortalecer la confianza del caballo, tanto en nosotros como en sí mismo. En Amura Doma Natural, creemos en métodos que fomentan una conexión profunda y respetuosa. Aquí te presentamos tres enfoques efectivos para ayudar a tu caballo a recuperar la fluidez en el paso.

Cuando un caballo se muestra reacio a caminar con nosotros, comúnmente conocido como «cabrestear», puede ser frustrante. Sin embargo, este comportamiento no es insuperable. La clave para corregirlo reside en fortalecer la confianza del caballo, tanto en nosotros como en sí mismo. En Amura Doma Natural, creemos en métodos que fomentan una conexión profunda y respetuosa. Aquí te presentamos tres enfoques efectivos para ayudar a tu caballo a recuperar la fluidez en el paso.
El Arte de Acompañar: Sincronía y Comunicación

Una de las maneras más armoniosas de trabajar este problema es enseñándole al caballo a acompañarnos. Para ello, posicionate a la altura de la unión de la cabeza con las vértebras cervicales (justo detrás de los ojos del caballo). Comienza a caminar junto a él, y mientras avanzan, asocia sonidos específicos a las acciones de «caminar» y «detenerse». También puedes incorporar señales con tus manos para reforzar estas indicaciones. Este método se centra en la comunicación clara y en la creación de un ritmo compartido, permitiendo que el caballo se sienta seguro y en sintonía contigo.
Doble Cuerda: Presión Estratégica para el Avance
Otra herramienta útil implica el uso de dos cuerdas. Sujeta al caballo con un bozal y su cuerda correspondiente. Adicionalmente, coloca otra cuerda alrededor de su cuello. A medida que comiences a caminar, aplica una presión suave pero constante con la cuerda del cuello. De forma intermitente, añade una breve presión con la cuerda atada al bozal. Este enfoque utiliza la presión en diferentes puntos para guiar al caballo hacia adelante, enseñándole a responder a señales más sutiles y a moverse con propósito. La alternancia de la presión ayuda a evitar que el caballo se acostumbre a una única fuente de estímulo, manteniéndolo atento.
Rompiendo la Inercia: Movimientos en Zig-Zag
Si tu caballo se niega rotundamente a avanzar, una estrategia efectiva es cambiar la dinámica del movimiento. En lugar de forzarlo hacia adelante, haz que el caballo dé pasos en zig-zag. Esto implica que cruce sus manos por delante varias veces (dos o tres pasos en cada dirección). Al obligar al caballo a cambiar de dirección y a cruzar sus miembros, se rompe la inercia del estancamiento y se estimula su atención. Una vez que haya completado estos movimientos laterales, debería estar más dispuesto a comenzar a caminar hacia adelante contigo. Esta técnica es especialmente útil para caballos que se han «estancado» en un patrón de resistencia.
Cualquiera de estas tres formas puede ser implementada, y son efectivas tanto para potros en las etapas iniciales de la doma como para caballos más experimentados que han desarrollado este comportamiento «complicado». La paciencia, la consistencia y el refuerzo positivo son fundamentales en cada método. El objetivo final es construir una relación de confianza mutua que permita al caballo avanzar con seguridad y disposición a tu lado.