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Doma Natural AMURA

Alwina Murawski (Directora Doma Natural Amura)

Celular: (+598) 94 770 478

Email: doma.amura@gmail.com

SEDE en URUGUAY: Centro Amura - Cortijo la herradura Tapia, Canelones

Agnes Murawski (Socia y Manager Doma Natural Amura – Paraguay)

Celular: (+595) 984 20 80 26

SEDE en PARAGUAY: Academia Amura – Colonia Reinland, Caazapa

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Preguntas Frecuentes de Doma Natural

Aquí te ayudamos a resolver tus inquietudes sobre la Doma Natural

Trabajamos con todas las razas y con todas las edades, sin importar el pasado
del caballo. Puede ser un caballo/Potro que nunca tuvo contacto con el humano,
tambien pueden ser caballos que han sufrido maltrato o malas experiencias y
tambien trabajamos con caballos que han adquirido comportamientos agresivos
por dominancia.

Tengan paciencia, no solo con el caballo, sino también consigo mismos. No se
apresuren y respeten los límites y tiempos del potro/caballo. Aprendan a
escuchar y entender sus señales. Recuerden que ‘menos es más’; toleren
errores para poder aprender y mejorar de a poquito.

Ayúdenle al caballo a cambiar la manera en que se siente internamente en
diferentes situaciones, para que su percepción del entorno se modifique. La
violencia, ya sea física o mental, y el exceso de presión basado en el miedo no
son la solución. Mantenemos el principio de ‘corrección sí, abuso y castigo no’.
El caballo perdona todo, pero no olvida nada. Si los tratamos con confianza,
respeto y comprensión, no solo construimos una amistad, sino también una
conexión inquebrantable para toda la vida. Disfruten del proceso y
celebren cada mínimo avance. Cada experiencia es única, busquemos hacer que
cada momento sea especial tanto para el caballo como para nosotros.

Retrocede y comienza desde la base. Analiza cada paso, identificando los
momentos en los que surgen actitudes defensivas o de resistencia para
abordarlos y transformarlos de manera positiva.
Introduce una herramienta bitless para consolidar las bases y, gradualmente,
transición a herramientas más suaves. Modifica la asociación de la herramienta
de algo negativo a algo positivo y placentero.
Es crucial iniciar con la menor presión posible, manteniendo una mano suave y
proporcionando ayudas y señales claras para una comprensión óptima.
La clave para ‘curarle la boca golpeada’ está en tus manos.

Inicia enseñándole las habilidades básicas, abordando todo el manejo desde el
suelo: acostumbrándolo a cepillados, levantar las patas, manipular las orejas, y
enseñándole a cabrestear de manera adecuada. Además, practica ejercicios de
desensibilización con bolsas y objetos para superar sus miedos, y trabaja en la
preparación muscular a través de ejercicios suaves con la cuerda.
Introduce progresivamente la montura, realiza ejercicios de flexión, y aborda
todas las facetas del cabresteo con precisión. Enfócate en construir una base
sólida desde el suelo, ya que un cimiento bien establecido garantiza que las
paredes sean fuertes y puedan resistir cualquier tormenta.

Es crucial que los caballos aprendan desde temprana edad a reconocer la guía
de premiar el buen comportamiento y corregir las actitudes no deseadas.
Establecer una jerarquía clara entre el humano y el caballo es fundamental.

Cuando un caballo nos patea mientras le damos comida, muestra una actitud
que indica falta de aceptación y respeto hacia nuestra presencia en su espacio,
creando un desequilibrio jerárquico. Observando cómo los caballos establecen
jerarquías mediante el movimiento de las patas, podemos aplicar una técnica
sutil al desafío: «mover las patas» del caballo. Esto implica poner la energía de
manera que le haga entender que nuestro espacio es su lugar seguro,
restableciendo así la jerarquía de manera equilibrada.
Este enfoque no genera trauma ni violencia, sino que fomenta el crecimiento de
la comprensión, el respeto y la confianza mutua entre el humano y el caballo.

Antes que nada el caballo tiene que estar bien fisicamente. Es decir, tiene que
estar sano, bien alimentado, descansado, no haber pasado ni hambre ni sed
antes del entrenamiento y tener la edad adecuada para estar pronto para el
trabajo montado.
Buscamos que el caballo este relajado, aceptando todos los ejercicios previos al
subirse. Tomense el tiempo que sea necesario, descosquillandolo bien, si veo
que el caballo esta muy sensible, puede presentarle primero la montura para
que a la vez se vaya acostumbrando al peso y el roce de los estribos. Si veo que
el caballo esta relajado puedo subirme en pelo tambien.

La edad para comenzar a montar a un caballo depende de varios factores. En
primer lugar, se considera el bienestar físico y el desarrollo muscular y óseo del
animal. Además, este criterio varía según la raza. Por ejemplo:
Cuartos de milla/Criollos/Pura sangre: Estas razas muestran un desarrollo
muscular y óseo más temprano y rápido, lo que permite un inicio suave a partir
de los 2 años.
Árabes: Debido a que su desarrollo lleva más tiempo, se sugiere comenzar la
monta a partir de los 3 o 4 años.

Es esencial reconocer que los caballos, al igual que los deportistas, necesitan
trabajar y desarrollar gradualmente su musculatura para adquirir resistencia y
fuerza, lo que mejora su rendimiento y bienestar general.
En ningún caso se debe montar a un caballo que esté mal alimentado, débil o
cansado. La prioridad es garantizar su bienestar tanto físico como mental.

Antes que nada, es fundamental comprender que para domar o amansar a un
caballo, es necesario estar en armonía con uno mismo. Esto implica dominar
nuestras propias emociones y ejercer un control consciente sobre aspectos
como la paciencia, la calma, la disciplina, la alegría, la frustración, la rabia, entre
otras. Este proceso de autodominio no es sencillo, pero es algo que todos
podemos lograr. Cada persona requerirá un tiempo diferente para alcanzar este
equilibrio, pero al final del camino, obtendremos las herramientas necesarias
para convertirnos en seres humanos excepcionales capaces de conectar con los
caballos.
Este proceso de autodominio no solo nos beneficia en nuestra relación con los
caballos, sino que también nos permite mostrar nuestra mejor versión. Es un
camino que va más allá de ser simplemente un buen jinete. Si bien las
habilidades de montar son valiosas y suman a la experiencia, no son un requisito
indispensable. La clave radica en cultivar esas cualidades internas que nos
permitirán guiar a los caballos para que revelen su mejor versión. En última
instancia, el vínculo y la conexión que establezcamos con los caballos
dependerán en gran medida de nuestra capacidad para dominarnos a nosotros
mismos.

Lo más recomendable es que el corral no tenga esquinas; en caso de que las
tenga, se pueden cortar utilizando un palo o una tabla, por ejemplo. La medida
mínima debería ser de 10 m2, especialmente si estamos trabajando con caballos
de menor tamaño. La medida óptima se encuentra entre los 13 y 20 m2,
proporcionando un espacio adecuado para el movimiento y la comodidad del
caballo.